1.
“La mente del hombre es capaz de todo, porque todo está contenido en ella, tanto el pasado como el futuro”.
Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas.
2.
“Estimo que la apertura hacia un futuro esclarecedor sólo puede venir
dada a través de una plena operatividad del neocórtex. Debe llegarnos
de la razón, entremezclada con la intuición y los componentes del
sistema límbico y del complejo reptílico, desde luego, pero de la razón
al fin y al cabo, lo que supone una valerosa asunción del mundo tal como
es en realidad... El funcionamiento conjunto de ambos hemisferios
cerebrales es el instrumento del que la naturaleza nos ha provisto para
que podamos sobrevivir, y no es probable que la especie humana consiga
este objetivo sin hacer uso cabal y creativo de nuestro entendimiento”.
Carl Sagan, Los dragones del edén, 1977.
Neocórtex:
capa más externa y evolutivamente más moderna de la corteza cerebral;
la misma corteza cerebral. Relacionado con la reflexión, la regulación
de la acción, cumpliendo complejas tareas perceptuales e intelectuales;
sede de la inteligencia y el lenguaje.
Complejo R o reptílico:
parte evolutivamente más primitiva del cerebro anterior (prosencéfalo),
que, a su vez, es la parte más moderna del cerebro de los vertebrados.
Se descubrió que desempeña un papel importante en la conducta agresiva,
la territorialidad, los rituales y el establecimiento de jerarquías
sociales.
Sistema límbico:
parte del cerebro anterior intermedia, tanto por su ubicación espacial
como por su antigüedad, situada entre el Complejo R y el neocórtex. Se
cree que controla la gran variedad de emociones propias del ser humano.
3.
“Tu mente es el sistema global de interrelaciones cósmicas tal y como se centran en el punto que llamas 'aquí y ahora'.”
Alan Watts, Tao y Zen.
4.
“Cuando practicas la meditación Zen... de repente eres consciente del
mundo físico, todo lo que ves ahora, de una forma totalmente distinta.
Ves que todo está cohesionado, que es una sola pieza. Entiendes que todo
lo interior implica un exterior, y que cada exterior conlleva un
interior... descubres que tu exterior es tan tú como tu interior.
No se puede tener un interior sin un exterior, de modo que, si el
interior es tuyo, ¡el exterior también lo es!”
Alan Watts, Tao y Zen.
5.
“El mundo fuera de tu piel es tan tuyo como el mundo que
llevas dentro. Y aunque todo el mundo que está afuera nos parece
distinto a nosotros, en realidad el exterior de todos es el mismo. ¿No
lo ves? En este sentido, somos uno.”
Alan Watts, Tao y Zen.
6.
“Al practicar Zen, descubres que puedes dejar que tu sistema nervioso
responda a preguntas y superar problemas sin que interfiera en tu
proceso de pensamiento consciente”.
Alan Watts, Tao y Zen.
7.
“Recuerda que tu corazón late “por sí mismo” y que si le das la
oportunidad, tu mente también puede funcionar por sí misma, aunque a la
mayoría de nosotros nos produce miedo darle esa posibilidad”.
Alan Watts, Tao y Zen.
8.
“En ocasiones, la gente piensa que, para ser consciente de la dimensión eterna, las formas deben desaparecer,... piensan que el nirvikalpa samadhi,
el estado más elevado de consciencia,... carece de ‘contenido’,... que
la mente está desprovista de toda forma o movimiento... Esto nos suena a
un “vacío” total. Y el Zen sostiene que una persona cuya mente está en
ese estado es un “Buda de piedra”... no hay consciencia alguna.
Como eso no sirve para nada, los practicantes del Zen reinterpretan la
idea... Alcanzar... el estado más elevado de consciencia, no supone
adquirir una consciencia carente de forma, sino simplemente volver a
abrir los ojos a la realidad del espacio. Supone ver que las
formas vienen y van en el espacio como las hojas vienen y van en los
árboles, como las estrellas van y vienen en el firmamento.”
Alan Watts, Tao y Zen.
9.
“El conflicto fundamental entre la mente humana y el flujo de la vida
es una ilusión, algo irreal que imaginamos. Este espejismo surge del
hecho de que la memoria humana forma parte de este patrón fluido que
tiene la capacidad de representar anteriores estados del patrón, lo cual
da la impresión de que la conducta de éste presenta cierta permanencia.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que nuestra impresión de
permanencia es cierto tipo de proceso intelectual que parece estar
aislado del patrón sobre el que se registra, pero que en realidad forma
parte de éste.
La práctica del Zen consiste en experimentar ese
patrón general directamente, y descubrir que nosotros somos la esencia
del mismo.”
Alan Watts, Tao y Zen.
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